Cuentan que Alejandro Magno protagonizó el funeral más caro de la historia. Sólo vivió 33 años y reinó durante 13, pero fueron suficientes para forjar su leyenda como rey de Macedonia. A punto de morir, el monarca estaba rodeado de sus más fieles cuando pidió tres deseos. Quiso…
- Que su ataúd fuera transportado en comitiva sobre los hombros de los médicos más famosos.
- Que sus tesoros fuesen esparcidos en el camino hacia la tumba.
- Que sus manos quedasen al descubierto ,fuera del féretro, para que se balanceasen y todos los súbditos pudieran verlas.
Las extrañas peticiones fueron cuestionadas por uno de sus generales, quien, inmediatamente, fue silenciado por Alejandro.
- Cuando me transporten los médicos más ilustres demostrarán que nada pueden hacer ante la muerte.
- Quiero repartir los tesoros obtenidos durante mis campañas para demostrar que los bienes materiales se quedan aquí.
- Mis manos, balanceándose al viento, indican que llegamos a este mundo sin nada en ellas y con las manos vacías lo abandonamos.
Despedirse de nuestros seres queridos es muy duro. En esas circunstancias solo nos preocupa la familia y nuestra capacidad de afrontar los trámites burocráticos y económicos.
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